Cuidado con las
temperaturas del chocolate, ya que hacerlo a más temperatura de la debida
(aprox. 30º C.), o estar rasposo.
Podemos empapar el pan con café, licores, siropes, etc.
Ocasión: invitados
Temporada: todo el año
ACABADO DEL PLATO
Con el mismo cortapastas con que vayamos a hacer el molde de la mousse,
cortamos el pan, del centro, sin esquinas. Añadimos por
encima el café frío, que empape, y sobre ello pondremos la mousse. Ponemos al
frío como 1 hora.
Sacamos a un plato y con una puntilla desmoldamos, decoramos con un chorrito de
café que haya sobrado y los frutos rojos por encima y
alrededor. Pinchar una hojita
de menta.
Delicioso plato para culminar
una comida: es casi una
conjunción entre tarta,
helado y café.
Para pasar una
sobremesa en la gloria.
INGREDIENTES
(Para 4 personas)
• 400 gr. de chocolate blanco
• 300 gr. de nata para montar
• 3 yemas de huevo
• 2 colas de gelatina
• 25 gr. de azúcar
• 40 ml. de leche condensada
• 4 rebanadas de pan de
molde
• 100 ml. de café frío
• Menta fresca
• 50 gr. de frutos rojos
variados: grosellas, fresitas
de bosque, frambuesas…
EQUIPO NECESARIO
• Dos pucheros de distinto
tamaño para el baño María
• Un cacillo
• Batidora
• Varillas
• Cortapastas
• Lengua de pastelería
• Una puntilla
1 Picamos el chocolate y lo ponemos a fundir al baño maría,con cuidado,que no
se caliente en demasía,ya que saldría un
granulado, por lo que cuando este a unos 30-35 ºC, lo retiramos del baño maría.
2 Separamos las yemas de huevo de las claras.Ponemos las yemas en un cacillo, le
añadimos el azúcar y las batimos:
así adquirirá un poco de cremosidad; le añadimos la leche condensada y lo
ponemos a templar, con cuidado, moviendo
todo el rato, ya que de lo contrario, se nos cuajarían las yemas.
3 Ponemos las gelatinas a hidratar en agua fría. Las movemos dentro del agua y
cuando estén bien blandas, es decir, bien hidratadas, las sacamos y las
mezclamos con la masa de la leche condensada templadita.Agitamos todo bien.
4 Unimos toda la mezcla con el chocolate fundido. Dejamos casi enfriar. Mientras
tanto, vamos agitando la nata y
la dejamos en un punto de semimontada. Mezclamos todo con mucho cuidado y con
una lengua de pastelería, para que la
nata no se nos pase de vueltas de tanto agitarla. Dejamos todo bien mezclado.
por efecto de las liviandades – en concepción, ejecución y presentación de
ciertas tendencias dietéticas, vuelve
a recuperar el papel que le había sido arrebatado en la cocina (alta y de cada
día) sin sustituto equiparable.
Y es que el pan, aunque ya esté elaborado, puede transformar su crujiente
textura en otras sin perder su
esencia y viendo cómo se acrecientan sus sabores.
Como base de un plato, como guarnición aventajada, como parte indispensable de
un postre, el pan reclama protagonismo como la fuente
de salud que es. Abramos mentes, puertas y estómagos: el pan nuestro de cada día
es desde ahora la fantasía
vuestra de cada día, con vestiduras de tradición que no se rasgan, sino que se
engalanan.
TRUCOS Y CONSEJOS
Para montar la nata lo mejor es hacerlo con unas varillas, y que tanto la nata
como el recipiente estén muy fríos.
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