Pizza Napolitana Original: Fecha de alta: 9 Feb 2024 Ingredientes para hacer:

Receta de pizza napolitana original: ingredientes, modo de preparación y trucos

La pizza napolitana es una de las más famosas y apreciadas del mundo. Se trata de una pizza de masa fina y bordes altos, cubierta con salsa de tomate, queso mozzarella, albahaca y aceite de oliva. Su origen se remonta al siglo XVIII, cuando los pizzeros de Nápoles empezaron a elaborar este plato con los ingredientes más frescos y sencillos de la zona.

La pizza napolitana tiene una denominación de origen protegida desde el año 2009, lo que significa que solo se puede llamar así a las pizzas que cumplan con unos requisitos específicos de ingredientes, tamaño, forma y cocción. Sin embargo, eso no impide que podamos intentar hacer una versión casera lo más fiel posible a la original, siguiendo estos pasos:

Ingredientes

Para hacer una pizza napolitana para cuatro personas, necesitamos los siguientes ingredientes:

500 g de harina de fuerza

300 ml de agua

10 g de sal

3 g de levadura fresca

400 g de tomate triturado

250 g de queso mozzarella fresco

Unas hojas de albahaca fresca

Aceite de oliva virgen extra

Como hacer receta paso a paso cocinar:

Modo de preparación de la masa

El primer paso para hacer una pizza napolitana es preparar la masa, que debe reposar al menos seis horas antes de usarla. Para ello, seguimos estos pasos:

Disolvemos la levadura en el agua tibia y la mezclamos con la harina y la sal en un bol grande.

Amasamos con las manos o con una amasadora durante unos 15 minutos, hasta obtener una masa elástica y homogénea.

Formamos una bola con la masa y la dejamos reposar en el bol, tapada con un paño húmedo, durante unos 20 minutos.

Dividimos la masa en cuatro porciones iguales y les damos forma de bola. Las colocamos en una bandeja enharinada, separadas entre sí, y las tapamos con un paño húmedo.

Dejamos que las bolas de masa fermenten en un lugar cálido y sin corrientes de aire durante unas seis horas, o hasta que doblen su volumen.

Modo de preparación de la salsa

Mientras la masa reposa, podemos preparar la salsa de tomate, que debe ser lo más natural posible. Para ello, seguimos estos pasos:

Escurrimos el tomate triturado para eliminar el exceso de líquido y lo pasamos por un colador o un pasapurés para obtener una salsa fina y sin grumos.

Añadimos una pizca de sal y un chorrito de aceite de oliva y mezclamos bien.

Reservamos la salsa en la nevera hasta el momento de usarla.

Modo de preparación de la pizza

Una vez que la masa y la salsa están listas, solo nos queda montar y hornear la pizza. Para ello, seguimos estos pasos:

Precalentamos el horno a 250ºC con calor arriba y abajo y colocamos una piedra para pizza o una bandeja metálica en la parte inferior.

Estiramos una de las bolas de masa con las manos, sin usar rodillo, hasta obtener un disco de unos 30 cm de diámetro y con los bordes más gruesos que el centro.

Colocamos el disco de masa sobre un papel de hornear y lo cubrimos con una capa fina de salsa de tomate, dejando un centímetro de borde sin salsa.

Escurrimos la mozzarella y la cortamos en trozos pequeños. La repartimos sobre la salsa de tomate, sin cubrir toda la superficie.

Añadimos unas hojas de albahaca lavadas y secas y un chorrito de aceite de oliva.

Deslizamos la pizza con el papel de hornear sobre la piedra o la bandeja caliente y la horneamos durante unos 10 minutos, o hasta que la masa esté dorada y el queso fundido.

Repetimos el proceso con las otras bolas de masa.

Trucos para que queden deliciosas

Para conseguir unas pizzas napolitanas caseras deliciosas, te recomendamos seguir estos trucos:

Usa harina de fuerza, que tiene más gluten y hace que la masa sea más elástica y resistente.

Usa levadura fresca, que le da más sabor y esponjosidad a la masa.

Respeta los tiempos de reposo y fermentación de la masa, que son esenciales para que desarrolle su aroma y textura.

Usa tomate natural triturado, sin conservantes ni aditivos, y escúrrelo bien para que no humedezca la masa.

Usa queso mozzarella fresco, que tiene más sabor y se funde mejor que el rallado o el envasado.

Usa albahaca fresca, que le da un toque aromático y refrescante a la pizza.

Usa aceite de oliva virgen extra, que le da un sabor y un brillo inigualables a la pizza.

Hornea la pizza a alta temperatura y sobre una superficie caliente, para que se cocine rápidamente y quede crujiente por fuera y tierna por dentro.

Valor calórico y propiedades

La pizza napolitana es un plato rico y nutritivo, que aporta hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas y minerales. Sin embargo, también es bastante calórico, por lo que se recomienda consumirlo con moderación y acompañarlo de una ensalada verde o de verduras asadas. Según el, una porción de pizza napolitana (125 g) tiene aproximadamente:

Calorías 293 kcal

Grasas 11,25 g

Carbohidratos 36,25 g

Proteínas 11,25 g

Entre las propiedades de la pizza napolitana, podemos destacar las siguientes:

La harina de fuerza es una fuente de energía y de fibra, que ayuda a regular el tránsito intestinal

La levadura fresca es una fuente de vitaminas del grupo B, que intervienen en el metabolismo de los nutrientes y en el funcionamiento del sistema nervioso.

El tomate triturado es una fuente de vitamina C, que refuerza el sistema inmunológico y la cicatrización de las heridas, y de licopeno, un antioxidante que protege las células del daño oxidativo.

El queso mozzarella fresco es una fuente de proteínas de alto valor biológico, que contribuyen al mantenimiento y la reparación de los tejidos, y de calcio, que fortalece los huesos y los dientes.

La albahaca fresca es una fuente de vitamina K, que favorece la coagulación de la sangre y la salud ósea, y de flavonoides, que tienen propiedades antiinflamatorias y antibacterianas.

El aceite de oliva virgen extra es una fuente de ácidos grasos monoinsaturados, que ayudan a regular el colesterol y a prevenir las enfermedades cardiovasculares, y de vitamina E, que tiene un efecto antioxidante y antiaging.

Como ves, la pizza napolitana es un plato completo y equilibrado, que puedes disfrutar de vez en cuando sin remordimientos. Eso sí, recuerda que las cantidades y la frecuencia de consumo dependen de tus necesidades y objetivos nutricionales. Si tienes alguna duda, consulta con un profesional de la salud o de la nutrición.

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